Y el Señor dijo: “Parirás con dolor”. Ella pario o
decidió no hacerlo, así ha sido a lo largo de la historia de la humanidad.
Por ejercer la libertad que se nos ha negado, hemos
sido condenadas históricamente desde el ostracismo hasta la hoguera.
Milenariamente la relación de subordinación -entre
otras- a la que fueron, han sido y somos sometidas las mujeres en las
sociedades patriarcales, se encarna a través de nuestros cuerpos y del cercenamiento
de nuestra autonomía, es una situación que ha sido sostenida por los discursos de
filósofos, religiosos, médicos y políticos a lo largo de los siglos.
La salud, la autonomía y el derecho de las mujeres deben estar garantizados por
la ley, y está garantizada por la Constitución Española; ¿A qué se debe este retroceso a tiempos democráticamente prehistóricos de nuestro país? ¿qué peaje y a quiénes debe el Ministro Gallardón y por qué deben ser la
mujeres de nuestro país quienes paguen esta deuda que ellas no han contraído? Nadie tiene el derecho a decidir sobre la
vida y el futuro de las mujeres en España sino ellas mismas.
Las mujeres no somos menores de edad no necesitamos
tutela de varón por muy gallardo que este sea,
conocemos la corrupción la perversión del lenguaje a la que nos acostumbra el
Ministro Gallardón, somos conscientes de nuestras capacidades, de nuestras
necesidades y de la realidad que nos rodea; si decidimos dar el paso de
interrumpir nuestro embarazo, el Estado debe dotarnos de un sistema sanitario y
legal que nos permita hacerlo con la
garantía y plena seguridad como hasta hoy se viene haciendo en nuestro país.
Desde la sociedad civil española no podemos permitir y
pedimos, demandamos, exigimos a los
representantes de la Unión Europea, la ayuda necesaria para que desde Europa
-que
debe ser la Europa de los ciudadanos y también las
ciudadanas- no nos olviden y remuevan todas las normas que obligue a nuestro
Gobierno a cumplir las directivas europeas sobre garantías de
derechos de las mujeres. Si es menester, sigan convocando comisiones, sesiones y promuevan
sancionen a nuestro país,
como lo hacen en asuntos económicos, demuestren que no son solo la
Europa de los mercados y sí de las Instituciones y de la Ciudadanía y enseñen a
toda Europa que nuestro Gobierno quiere practicar la ablación al derecho a
decidir de las mujeres.
Decidir no un delito, decidir es un derecho.