Al símbolo biológico para el sexo femenino, un
círculo sobre una pequeña cruz, se le llama ‘espejo de Venus’. Se cree que es
una representación estilizada del espejo que la diosa romana Venus sujeta en la
mano.
El ‘espejo de Venus’ es un símbolo mitológico de
orígenes perdidos en el tiempo pero con alcances que han trascendido en la
historia de las civilizaciones. Su
estructura y concepto simbólico -llave de la vida- probablemente se remonten al
Ank, un símbolo egipcio tan sencillo
como un perímetro ovoide en plano coaxial simétrico con una T. Se ve bien en el
dibujo de la derecha.
Este símbolo ha recibido varios nombres: Cruz
ansada, Tau enlazada, Anj, Ank, Ankh, Llave de la vida, Cruz egipcia, Llave del
Nilo… Se usaba como amuleto de salud, fertilidad y buena vida. En la mitología
egipcia está asociado a las imágenes de las diosas Hathor e Isis y también a la
de Anubis, el dios que guía a los espíritus de los muertos a una ciudad situada
en la ribera del río Nilo, en el otro mundo.
Referencias muy antiguas de su existencia se encuentran en la estatua de Hathor, esculpida durante el Reino de Amenhotep III (1405-1367 a.C.) y en una pintura mural de la diosa Isis (nombre griego, el egipcio era Ast) fechada entre 1380 y 1335 a.C. (aprox.1360 a.C.). En ambos casos se trata de diosas madre comprometidas con la fertilidad y la maternidad. Algunos historiadores refieren que el Ank habría evolucionado del jeroglífico del ‘anillo con sello’ que los antiguos faraones usaban para enmarcar su nombre y protegerlo.
En el primer milenio a. C., en las costas del mar
Mediterráneo, la diosa Tanitaparece representada con un símbolo neocananeo
(cartaginés) de arquetipos matrilineales claramente basados en el patrón
de un Ank egipcio con corona en media luna y base triangular.
En las Islas Canarias, Tanit fue venerada como Tara, Chaxiraxi, ‘La Señora’
Moneiba, Magek Abora y Diosa Celeste o de la Luz. La religión Guanche
(africana), de los pueblos pre-cristianos en las Islas Canarias tenía a
Chaxiraxi como diosa madre. Después de
la incursión cristiana, su culto
y simbología se ampararon en el
sincretismo con la Virgen de la Candelaria.
La diosa Mesopotámica Ishtar era Isis (Ast) para los
egipcios, Afrodita para los griegos y Venus, divinidad del amor, la belleza y
la música, para los romanos. Según la
astrología y la mitología romanas, Marte y Venus representan los principios
masculino y femenino. El 15 de agosto de 293 a. C. le fue dedicado a Venus el
templo más antiguo del que se tiene constancia y el segundo planeta del Sistema
Solar, conocido desde la Prehistoria, recibió su nombre en honor a la diosa
romana del amor. Su símbolo, idéntico al de la diosa romana, se considera como
una representación estilizada de su espejo de mano, lo que comentaba al
principio.
Por su parte, los
alquimistas romanos describían la naturaleza del cobre como femenina, caliente, húmeda y
vinculada a los placeres carnales. Chipre fue por mucho tiempo el país del
cobre por excelencia, hasta el punto que
los romanos llamaron al metal ‘aes cyprium’ o simplemente ‘cyprium’ y ‘cuprum’,
de donde proviene su nombre. Pero no sólo el nombre fue tomado de aquella isla,
por igual razón el cobre se representó con el mismo símbolo que Venus, pues
Chipre estaba consagrada a la diosa de la belleza y los espejos se fabricaban
de este metal.
En el hemisferio sur, en las costas del océano
Pacífico, actual costa norte peruana, la cultura Mochica ( 300 a.C.-700 d.C.)
utilizó un instrumento con simbología equivalente. En este caso, sobre el mismo
concepto simbólico, el anillo superior bordea una figura antropomorfa con
corona en media luna, la T es
rectangular y de su base sale una hoja semicircular muy afilada . El
Tumi, fue un instrumento usado con fines quirúrgicos o sacrificios rituales desde tiempos
preincaicos. Para algunos arqueólogos
simboliza el poder sobre la vida, tanto como instrumento de cirujano como de
sacerdote-verdugo.
En el siglo XVIII, Carlos Linneo ( Suecia,
1707-Uppsala, 1778), un científico,
naturalista, botánico y zoólogo sueco que sentó las bases de la taxonomía
moderna, clasificó a los seres vivos en diferentes niveles jerárquicos,
estableciendo tres reinos (animal, vegetal y mineral) en el primer nivel. Entre 1731 y 1755 fue el primero en usar los
símbolos del escudo y la lanza de Marte para señalar al macho y el ‘espejo de
Venus’ para indicar a la hembra.
En la actualidad, diversos grupos cristianos identifican al antiguo Ank egipcio como
‘Ankha’, un símbolo vinculado a ritos satánicos de fertilidad y lujuria.
(Fuente: Blog Compilatio de Conceptione)