En un concierto, en un concierto conocemos la
importancia del humilde amaranto.
Ha dado de comer a casi toda América desde hace 7000
años y pretende seguir haciéndolo, tiene entablada una guerra silenciosa y
silenciada con las mayores químicas que están consiguiendo ser los que
pretenden explotar a los agricultores del mundo. El amaranto, resiste a los
herbicidas por Monsanto preparados, resiste y resiste que no puede ser tratado
transgenicos, crece hasta en las cunetas de los caminos y calma el hambre de
los que menos tienen. El amaranto es un súper cereal que equilibra aminoácidos como
la lisina, calcio, fosforo, hierro y vitamnias como la A y C.
Además contiene tenores significativos de metionina
(aminoácido encontrado principalmente en alimentos de origen animal) y lisina
que es un aminoácido esencial que es usada en la fabricación de proteínas que
es muy necesaria para el crecimiento y mantenimiento de los músculos como de
los órganos del cuerpo cumpliendo una función importante en la absorción de
calcio y formación de colágeno.
En cuanto a las grasas, el amaranto posee una media 6,98
% con un aproximado de 70% de ácido oleico (omega 9) y linoleico (omega 6),
además de ácido esteárico en un 20%; los estudios muestran que su efecto
hipocolesterolemiante puede estar relacionado a una mayor excreción de sales
biliares fecales y colesterol endógeno debido a la acción de las fibras
dietéticas que posee por tanto también es protector de la actividad cardiaca
muy importante para los que entrenan duro y desean mantener su organismo
saludable.
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